Pintura zen de figuras
Los monjes y adeptos al Zen (en chino, Chan) comenzaron a pintar siguiendo los estilos y motivos de la pintura budista en general. Estas pinturas eran principalmente devocionales y su función principal en los templos donde se mostrarían era determinar los linajes y tradiciones a las que ese templo se inscribía. Por ejemplo, durante la dinastía Song en China, cuando el Chan se encontraba en su máximo apogeo, existían cinco interpretaciones del sus creencias, muchas de ellas diferenciadas con diferentes sistemas de patriarcas. En Japón, Myoan Eisai introdujo las creencias Rinzai (en chino Linji) que aprendió en China, las que enfatizaban la idea de que la iluminación era un proceso súbito y espontáneo. Unos años después Dogen, quien aprendió de las enseñanzas del maestro chino Tiantong Rujing, introdujo la escuela Soto de Zen en la isla, la cual considera que la constancia en la práctica de la meditación sentada es el método para llegar gradualmente a la iluminación. Teniendo en cuenta estas diferencias, un templo japonés que se inscribía en alguna de estas tradiciones podía decorar sus salas con pinturas de Dogen o Eisai (figs. 1 y 2 respectivamente).
Fig.1 Dogen, tinta y color sobre seda, 1249
Fig. 2 Eisai, tinta y color sobre seda.
También podía utilizarse la pintura de maestros como una manera rendir tributo; las pinturas de Bodhidharma (reconocido por todos como el primer patriarca del Zen/Chan) eran comunes en templos de todas las tradiciones. Estilísticamente, este tipo de pintura tenía una tendencia realista y hacía uso de colores e incluso de sombras para representar las figuras. Por ejemplo, la pintura de la figura 3 realizada durante la dinastía Yuan representa a Niaoke, el "Maestro del Nido de Aves", de quien se dice que vivía subido a los árboles donde incluso impartía sus enseñanzas. Según la tradición, un día el poeta Bo Letian (772-846) le preguntó al maestro sobre la verdadera sabiduría, a la cual éste respondió "Evita todo el mal, busca el bien y limpia tus pensamientos; esta es la enseñanza de todos los Budas". Ante la objeción del poeta de que eso era demasiado simple, tanto que un niño de tres años podía entenderlo, el maestro respondió que cualquiera podría repetirlo, pero casi nadie ponerlo en práctica. La pintura, aunque oscurecida por el paso del tiempo, muestra al maestro sentado meditando, con ramas de pino a su alrededor. Las proporciones de la figura humana son las correctas y es evidente el uso de colores, principalmente rojo y dorado.
fig 3, Niaoke, anónimo, siglo XIV (dinastía Yuan), tinta y colores sobre seda, 80,3 x 38,0 cm.
Con la aparición de la pintura solo con tinta (o poco color), los pintores adeptos a las creencias Zen/Chan también la adoptaron, y de hecho se convertiría en el medio preferido de representar figuras. Al igual que la pintura regular, dos tendencias comenzaron a diferenciarse: la pintura académica y cuidadosa (escuela del norte) y la pintura simple y espontánea. Podemos ver un ejemplo de la primera en la figura 4: Patriarcas Zen, de Kano Motonobu, instaladas primeramente en el monasterio Daitokuji en Kyoto. Un monje solitario contempla una rama, con una cascada como fondo, probablemente sea Lingyun Zhiqin, un monje chino del que se dice que alcanzó la iluminación contemplando las flores del durazno, experiencia que generó muchos koans estudiados en los templos chinos y japoneses. Lingyun compuso un poema de la experiencia:
Buscando una espada por treinta años,
muchas veces las hojas han caído y vuelto a brotar.
En una repentina mirada a las flores del durazno
ya no tengo dudas.
Fig. 4 Patriarcas Zen (detalle), Kano Motonobu, 1513 (aprox.), tinta sobre papel montado en cuatro paneles, 176,0 x 91,8 cm cada panel.
El monje es pintado con todo detalle y a diferencia de las otras pinturas está completamente integrado con el paisaje, las rocas angulosas son típicas de la pintura académica, el follaje de los árboles así como sus troncos también han sido representados con todo cuidado y la cascada en forma de "cintas" es propia de la pintura de la dinastía Song. Otro ejemplo de este tipo de pintura es la realizada por Reisai representando a los monjes/poetas Fenggan, Hanshan y Shide (ver aquí), en el que las figuras cuidadosamente representadas están rodeadas de niebla en la montaña, propio de las historias de esos personajes.
Sin embargo, fue la pintura espontánea y simple realizada con unas pocas pinceladas la que terminó siendo paradigmática de un estilo Zen/Chan. La primer persona en explotar este tipo de pinturas fue Liang Kai un pintor Chan de la dinastía Song. En la figura 5 vemos representado al poeta Li Bai, que si bien era daoista es hasta el día de hoy considerado uno de los mejores poetas chinos. Si bien hay cierta precisión en la representación de la cara, las pinceladas se han reducido al mínimo, el cuerpo es reducido a solo algunas pinceladas húmedas y no hay detalle de los pliegues de la ropa. Es típico de este estilo el usar muchos tonos medios y reservar la tinta más oscura para algunos detalles. No hay paisaje ni suelo, la figura aparece en el vacío, solo se retiene lo esencial.
Fig. 5, Li Bai, pintado por Liang Kai, dinastía Song, tinta sobre papel, 81,1 x 30,5 cm
La delicadeza de la pintura anterior no necesariamente es representativa de la pintura de figuras Zen/Chan. Otro tipo de representación espontánea es la llamada "tinta salpicada". Se le atribuye el haber inventado este estilo a Wang Mo, de la dinastía Tang. Se dice que luego de emborracharse simplemente salpicaba la tinta para pintar, en un estado de éxtasis abandonaba el pincel y lo reemplazaba por sus pies o dedos e incluso remojaba su barba en la tinta y la usaba para representar la espontaneidad de la creación. Lamentablemente no quedan pinturas de Wang Mo, solo registros históricos por lo que es imposible establecer con precisión cuál era el resultado. Lo seguro es que el método de "tinta salpicada" sería apropiado por los adeptos al Zen/Chan y se convertiría en uno de los métodos favoritos de pintar. El primer ejemplo que tenemos de una pintura de estas características es también Liang Kai (ver imagen anterior). En la figura 6 vemos su "Inmortal en tinta salpicada". La sobriedad y delicadeza que inspiraba la pintura que representaba a Li Bai es reemplazada por una forma vaga, una cara que obviamente no tuvo en cuenta las proporciones reales de la figura y si bien la ropa muestra más detalles que la pintura anterior, las formas son menos cuidadas y muestran mayor variedad tonal y de humedad.
Fig 6, Inmortal en tinta salpicada, Liang Kai, dinastía Song, tinta sobre papel 48,7 x 27,7 cm
La simplificación o deformación de las figuras humanas seguiría acentuándose con el paso del tiempo. En la pintura de Sokuhi Nyoitsu "Leyendo un sutra a la luz de la Luna" es similar a la figura 5, sin embargo, la Luna a la que hace referencia el título ha sido eliminada de la pintura. En las pinturas de Luo Ping la figura es reducida significativamente en comparación con el resto de la pintura provocando que el vacío pase a ser el "elemento" más importante.
Hacia mediados del Período Edo en Japón, la pintura de figuras alcanzó su mayor grado de simplificación y abstracción. Hakuin Ekaku (1686-1769) sería uno de los principales innovadores en esta dirección. Era un monje Zen de la secta Rinzai, aquella que sostiene que la iluminación es un hecho espontáneo e impredecible. Sin duda ese fue un factor decisivo en su estilo que terminaría por ser sinónimo de la "pintura zen". No solo rompió las reglas estilísticas, sino que sus pinturas comienzan a mostrar motivos nunca representados anteriormente. Se le atribuye haber creado el koan que pregunta por el sonido de un aplauso hecho con una sola mano. En la siguiente imagen, "Daruma visto de costado", unas fuertes líneas oscuras le alcanzan para representar al primer patriarca Chan.
Fig. 7, Hakuin, Daruma visto de costado, tinta sobre papel
En esta otra, se representa a Budai sentado meditando. La abstracción y deformación de las figuras eran consideradas una virtud ya que permitían la ejecución espontánea.
Fig. 8 Hakuin, Hotei meditando, tinta sobre papel.
Sengai Gibon (1750–1837) continuó por esa línea. Acostumbraba a representar al Buda histórico como un sapo. En la pintura siguiente, representa a los ya mencionados Hanshan y Shide (monjes Chan de la dinastía Tang). Las figuras, barriendo y leyendo, se han abstraído al máximo, la caligrafía cubre huecos arbitrariamente. No hay importantes variaciones tonales ni constancia en el tipo de pinceladas, señal de que fue ejecutado en un breve tiempo.
Fig. 9, Sengai Gibon, Kanzan y Jittoku, tinta sobre papel.
La abstracción máxima es alcanzada con las pinturas de Bodhidharma realizadas en una sola pincelada. La siguiente pintura de Konoe Nobutada (1565-1614) es un ejemplo. La figura que vagamente representa a un hombre sentado meditando con una breve caligrafía que dice "Quietud y vacío son suficiente para pasar por la vida sin error".
Fig. 10, Konoe Nobutada, Daruma meditando, tinta sobre seda.
Finalmente, en la época contemporánea, mostramos la pintura de Furukawa Taiko, un abad Zen del templo Myoshin-ji en Kyoto. Al igual que la pintura anterior, representa al primer patriarca Zen meditando. La inscripción dice "Una flor se abre, cinco pétalos aparecen". Las marcas del pincel y la línea gruesa dan aún más un sentido de espontaneidad.
Fig. 11, Furukawa Taiko, Daruma mirando la pared, tinta sobre papel montado sobre seda.